viernes, 6 de febrero de 2009

a puro pulso-

Para Magdalena.
“Descubrir la noche y su reflejo entre los botes, mañana vas a encontrar una flor que te dejé”

Nos volvimos a encontrar en medio de la multitud que siempre hay en la Aníbal Pinto, estabas ahí sentada, sin tu cigarro de siempre desapareciendo entre tus dedos. Nos abrazamos, porque era necesario. En mi caso, te necesitaba.
Fuimos a tomarnos el vino con frutas, que siempre hace más dulce las noches porteñas. Durazno y frutillas, la mezcla perfecta entre el brebaje de la tierra y las frutas de la estación. Así como tú, eres la mezcla entre una niña caprichosa llena de sueños, y una mujer dispuesta a dar su vida por este sueño común. Los cigarrillos se hicieron humo, cumpliendo su rol, y las palabras se hicieron cimientos de esta realidad que construimos a mano. A puro pulso.
Caminamos en busca de otro refugio donde compartir nuestras vidas, ahí en ese lugar lleno de amigos, donde era posible sonreírse en medio del ajetreo nocturno. Tuviste que irte. La pega es la pega, pero permaneciste ahí toda la noche, puedes estar segura de eso, tu palabra y tu sonrisa permanecieron ahí, y me acompañaron hasta mi casa. Gracias por ir a dejarme sin siquiera saberlo.-

1 comentario:

Fabiola dijo...

Hay abrazos que son tan necesarios, yo no lo sabía, y mi testaruda persona no acepta un NO por respuesta a su petición.
No es mi día, soy un humano egoísta que tiene la necesidad de tres abrazos puntuales.
Abrazos que ahora están alzando sus manos en otras regiones.



Los González/Rivera, siempre tendran un lugar en su mesa - con panqueques para la once - para ti.
Besos y el abrazo apretao que siempre nos damos, solo que ahora es a la distancia, hasta que Playa Ancha nos haga vernos las caras.

Hasta pronto mi huacha linda, iñora de mi (L)

:)